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PUNTOS CLAVE
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El pánico es una oleada repentina de miedo intenso y síntomas físicos que se sienten graves. Cuando los ataques de pánico le suceden a su hijo con frecuencia y su hijo le teme a otro ataque, esto se denomina trastorno de pánico. Estos ataques pueden suceder muchas veces al día y sin previo aviso. Es posible que a su hijo le preocupe tener estos ataques durante el día.
El ataque de pánico puede afectar las actividades cotidianas. Los ataques pueden ocurrir diariamente, semanalmente o puede haber días o meses entre ellos.
El trastorno de pánico puede afectarlo durante un tiempo corto o puede continuar durante muchos años. Con tratamiento, la mayoría de los niños mejora en menos de un año.
Se desconoce la causa exacta de este trastorno.
Muchas personas con trastorno de pánico también tienen agorafobia, es decir, evitan ir a lugares o hacer cosas porque temen sufrir una crisis de pánico y no recibir ayuda. Es común tener depresión junto con trastorno de pánico. El trastorno de pánico es más común en las niñas que en los niños.
Trastorno de pánico generalmente, comienza en la adolescencia o los primeros años de la adultez. Los niños que con frecuencia se asustaron cuando fueron separados de sus padres pueden ser más propensos a desarrollar el trastorno de pánico más adelante.
Los ataques de pánico tienden a suceder rápidamente. Los niños o adolescentes con el trastorno de pánico pueden:
Junto con estos síntomas, los niños o los adolescentes pueden:
Estas sensaciones aparecen súbitamente y se vuelven muy intensas, por lo general en un lapso de 10 minutos. Los síntomas suelen durar entre 20 y 30 minutos. Los ataques pueden esperarse cuando su hijo piensa en una situación, pero a menudo son inesperados o se producen sin previo aviso.
Si su hijo tiene trastorno de pánico, estos síntomas pueden repetirse. Los ataques de pánico pueden suceder a ciertas horas del día, como a la hora de acostarse, o con eventos diarios, como ir a la escuela. Cuando este es el caso, su hijo frecuentemente se preocupa según se va aproximando la hora. El niño se siente impotente para prevenir los ataques.
El profesional médico de su hijo o un terapeuta de salud mental le preguntarán sobre los síntomas de su hijo, el historial médico y familiar y cualquier medicamento que está tomando su hijo. Su profesional médico comprobará que no haya una enfermedad médica o un problema de drogas o alcohol que pueda causar los síntomas.
Un terapeuta de salud mental que se especializa en niños y adolescentes puede ser la persona más capacitada para diagnosticar el trastorno de pánico.
La terapia cognitivo conductual (TCC) les ayuda a los niños a aprender las causas de su pánico y cómo controlarlo. TCC enseña habilidades para manejar el miedo y los pensamientos preocupantes sobre si está por venir un ataque.
La terapia familiar también puede ser útil. La terapia familiar trata a toda la familia, no solo al niño. Los niños frecuentemente se sienten muy acompañados cuando los padres y hermanos asisten a terapia con ellos y trabajan como en grupo.
Hay varios tipos de medicamentos que pueden ayudar a tratar el trastorno pánico. El profesional médico de su hijo trabajará con usted para seleccionar el mejor medicamento. Su hijo puede tener que tomar más de un tipo de medicamento.
Mantenga contacto con maestros, niñeras, y las demás personas que cuidan de su hijo para compartir información sobre los síntomas que su hijo pueda estar teniendo.
Obtenga atención de emergencia si su hijo o adolescente tiene ideas de suicidarse, hacerse daño a sí mismo o a otros.
Para obtener más información, póngase en contacto con: