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PUNTOS CLAVE
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El trastorno por rumiación es un trastorno de la alimentación en el cual un bebé o un niño pequeño regurgita o devuelve comida y vuelve a masticar comida que ya había sido tragada. La comida ya masticada se puede volver a tragar o el bebé la puede escupir. Este comportamiento sucede en niños que antes habían estado comiendo normalmente.
Se desconoce la causa exacta de este trastorno. Para algunos niños, el acto de masticar es reconfortante. Los bebés que sufren abandono, abuso o enfermedad pueden desarrollar este comportamiento. Para su hijo, puede ser una forma de llamar la atención.
Los síntomas pueden incluir:
Devolver la comida comienza a los pocos minutos de terminar de comer y puede durar varias horas. Sucede casi todos los días tras la mayoría de las comidas por lo menos por un mes. Devolver la comida parece resultarle fácil al niño y rara vez causa arcadas. Algunos bebés pueden moverse de forma inusual. Esto incluye hacer esfuerzos y arquear la columna, mover la cabeza hacia atrás, poner rígidos los músculos del vientre y hacer movimientos de succión con la boca.
Su profesional médico le hará preguntas sobre la historia clínica y los síntomas de su hijo y le hará un reconocimiento. Su profesional médico puede hacer radiografías y análisis de sangre para comprobar si existen causas físicas por las que regurgita o devuelve la comida. El profesional médico también puede querer observar a su hijo durante la comida y después de comer.
El tratamiento principalmente se enfoca en cambiar el comportamiento de su hijo como:
Formación en la inversión del hábito le ayuda a su hijo a darse cuenta de que está a punto de devolver la comida y volver a masticarla. A partir de ahí usted piensa en lo que se denomina una respuesta de contrapunto. Esto significa que, por ejemplo, cuando su hijo sienta que necesita devolver la comida, respirará profundamente y sentirá que se le expande el vientre. Los músculos que se usan para hacer esto hacen que le resulte imposible hacer su viejo hábito al mismo tiempo.
Cumpla con todo el plan de tratamiento recetado por el profesional médico de su hijo. Pregúntele a su profesional médico:
Asegúrese de saber cuándo debe regresar su hijo a revisión. No deje de acudir a todas sus citas con su profesional médico o para realizar pruebas.