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PUNTOS CLAVE
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La rodilla de corredor es un dolor detrás de tu rótula (patela). Tu rótula cabe en unas ranuras que están al final del hueso del muslo. Cuando la rodilla se dobla y se endereza repetidamente, se puede irritar la superficie interna de tu rótula y producir dolor.
La rodilla de corredor se puede producir por un uso excesivo de la rodilla en actividades como correr, caminar, saltar o montar en bicicleta.
Estás más propenso a tener rodilla de corredor si tienes caderas anchas, músculos de los muslos débiles o si eres patizambo (las rodillas se doblan hacia adentro). Si tu pie se aplana demasiado cuando caminas o corres, esto también puede irritar la parte interior de tu rótula.
Los síntomas pueden incluir:
Tu profesional médico te preguntará sobre tus síntomas, actividades e historia clínica y te hará un reconocimiento. Las pruebas pueden incluir:
Mientras te estás recuperando, tendrás que practicar un deporte o actividad que no empeore tu condición. Por ejemplo, intenta nadar en lugar de correr.
Es posible que tengas que usar una correa de rodilla o una rodillera ortopédica que ayuda a soportar y proteger tu rodilla mientras tu rodilla sana. También puede ser útil usar calzado especial o plantillas en el calzado.
Tu profesional médico puede recomendar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para ayudarte a sanar. El dolor de la rodilla de corredor frecuentemente dura mucho tiempo y puede volver después que los síntomas hayan mejorado por un rato. Para ayudar a sanar tu rodilla es muy importante hacer el tipo correcto de ejercicios. Es posible que necesites fisioterapia.
Si reposo, ejercicio y cuidados personales no alivian tus síntomas, tu profesional médico quizás te recomiende una cirugía para extraer los trozos de tejido dañado o colocar la rótula en una mejor posición para prevenir los síntomas.
Para ayudar a aliviar la hinchazón y el dolor:
Sigue las instrucciones de tu profesional médico, incluyendo hacer ejercicios que te ayuden a recuperarte. Pregúntale a tu profesional médico:
Asegúrate de saber cuándo debes regresar a revisión. No dejes de acudir a todas tus citas con tu profesional médico o para realizar pruebas.
Los ejercicios de calentamiento y estiramiento antes de realizar actividades pueden ayudar a prevenir lesiones. También debes hacer ejercicios que fortalecen los músculos de tus muslos.
Intenta mantener un peso saludable. Si tienes sobrepeso, adelgaza. Perder algo de peso puede reducir el esfuerzo sobre tus articulaciones.
Obedece las normas de seguridad para realizar tu trabajo o deportes, y usa el equipo de protección, como el calzado correcto para tus actividades.