Trastorno Reactivo Del Apego

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PUNTOS CLAVE

• El trastorno reactivo del apego es una condición poco común en la que los bebés y niños no pueden confiar o desarrollar un vínculo saludable con los padres o cuidadores.
• El tratamiento puede incluir terapia de juego, terapia cognitivo conductual y terapia familiar. Se pueden recetar medicamentos si su hijo está deprimido, demasiado activo, ansioso o es violento.
• Criar a un niño con el trastorno reactivo del apego puede ser muy difícil. Considere ver a un terapeuta para sí misma o ir a un grupo de apoyo.

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¿Qué es el trastorno reactivo del apego?

El trastorno reactivo del apego es una condición poco común en la que los bebés y niños no pueden confiar o desarrollar un vínculo saludable con los padres o cuidadores. Los niños con este trastorno pueden comportarse de manera alarmante y a veces violenta.

¿Cuál es la causa?

El trastorno reactivo del apego es el fruto de abuso, abandono u otros problemas de crianza temprano en la vida de un niño. Cualquier niño que viva con la pérdida de su cuidador principal, abuso, abandono o múltiples cuidadores en los primeros 2 años de vida puede sufrir de RAD. Cuando no se satisfacen las necesidades básicas de consuelo, afecto y crianza de un niño, el niño aprende que no puede depender de los adultos.

¿Cuáles son los síntomas?

Los bebés pueden:

• Jamás sonreír o responder al consuelo
• No mirar a las personas ni alcanzar para que los levanten
• No querer jugar con juguetes ni jugar al cucú
• Mecerse a sí mismos cuando se dejan solos

Los niños pequeños y niños mayores con el trastorno reactivo del apego pueden:

• Estar enojados y ser incapaces de controlar sus impulsos expresar sentimientos de ira o malestar
• Resistir afecto y distanciarse de los demás
• Comportarse de manera agresiva
• Estar en un estado de vigilancia y no poder estar quietos
• Tratar de controlar todo y jamás pedir ayuda o apoyo
• Ser muy exigentes o apegados
• Rehusar comer, atiborrarse, comer cosas extrañas o esconder comida

¿Cómo se diagnostica?

El profesional médico de su hijo o un terapeuta de salud mental le preguntarán sobre los síntomas de su hijo, el historial médico y familiar y cualquier medicamento que su hijo esté tomando. Su profesional médico comprobará que no haya una enfermedad médica o un problema de drogas o alcohol que pueda causar los síntomas de su hijo. Puede que a su hijo le hagan pruebas o exámenes para llevar a cabo un diagnóstico.

¿Cómo se trata?

Los niños con el trastorno reactivo del apego necesitan sentirse seguros, estar en un hogar seguro y estable y aprender a confiar en un cuidador. También necesitan aprender a controlar su ira y aceptar las normas. Tratamientos que puede ayudar incluyen:

• Terapia de juego, que utiliza juguetes, juegos y teatro para ayudar a su hijo a aprender a manejar los sentimientos. Terapia de juego ayuda a su hijo a expresar sentimientos sin palabras.
• La terapia cognitivo conductual (TCC), que es una forma de ayudar a su hijo a identificar y cambiar su visión de sí mismo, el mundo que lo rodea y del futuro. La TCC puede hacer que su hijo tome conciencia de pensamientos poco saludables. También puede ayudarle a su hijo a aprender nuevas maneras de pensar y actuar.
• Con frecuencia la terapia familiar resulta muy útil. La terapia familiar trata a todos los miembros de la familia en vez de trabajar con solo una persona. Esto ayuda a toda la familia a hacer cambios.

Se pueden recetar medicamentos si su hijo está deprimido, demasiado activo, ansioso o es violento. Estos medicamentos deben ser recetados por un profesional médico con experiencia en su uso en niños con este trastorno.

Su hijo puede tener que pasar un tiempo en un hospital si su hijo está pensando hacerse daño a sí mismo u otra persona.

No hay ningún indicio que la "terapia de holding" o el "renacimiento" sean seguras o efectivas. Consulte con el terapeuta en salud mental de su hijo antes de usar cualquier terapia no comprobada para su hijo.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo?

• Ayude a su hijo a aprender a manejar el estrés. Enséñele a su hijo a hacer ejercicios de respiración profunda o usar otras técnicas de relajación cuando sienta que tiene estrés. Ayude a su hijo a encontrar formas de relajarse, por ejemplo, dedicándose a un pasatiempo, escuchando música, viendo películas o dando paseos.
• Cuide de la salud física de su hijo. Asegúrese de que su hijo coma una variedad de alimentos saludables, descanse lo suficiente y haga actividad física todos los días. Enséñele a su hijo a evitar el alcohol, la cafeína, la nicotina y las drogas.
• Controle los medicamentos de su hijo. Para evitar problemas, informe a su profesional médico y farmacéutico sobre todos los medicamentos, remedios naturales, vitaminas y demás suplementos que toma su hijo. Asegúrese que su hijo tome todos los medicamentos como se los recetaron. Es muy importante que su hijo tome sus medicamentos incluso cuando se siente bien y esté pensando claramente. Sin los medicamentos, puede que los síntomas de su hijo no mejoren o empeoren. Consulte con su profesional médico si su hijo tiene problemas para tomar los medicamentos o si estos no parecen funcionar.
• Comuníquese con el profesional médico o terapeuta de su hijo si tiene cualquier pregunta o si los síntomas de su hijo parecen empeorar. Ayude a su hijo a asistir a las citas con el terapeuta.
• Aprenda todo lo que pueda sobre el trastorno reactivo del apego. Esto lo ayudará a saber qué comportamientos esperar y qué hacer y decir. Cuando usted está criando a un niño con el trastorno reactivo del apego, es fácil dudarse a sí mismo. Criar a un niño que lucha con usted a cada paso del camino puede ser muy difícil.
• Considere asistir a un grupo de apoyo. Si usted es un padre u cuidador de un niño con el trastorno reactivo del apego es posible que se sienta frustrado y estresado. Hablar con otras personas que tienen los mismos desafíos que usted puede ayudarlo a sobrellevarlo. Le puede ayudar consultar con un terapeuta profesional. Usted necesita cuidarse para así poder cuidar de su hijo.

Obtenga atención de emergencia si su hijo tiene pensamientos de suicidio o autolesión, violencia o daño a otros.